Aunque
no hubieran existido las pruebas precedentemente portadas
que demostraban que Jesùs es una construcciòn de los
falsificadores, hubiera estado suficiente considerar
el silencio reservado a èl de los autores del tiempo
para convencernos de su inexistencia.
Plinio
el Viejo
Plinio el Viejo, muerto en
el 79, testigo de los hechos palestineses que siguieron
la presunta crucifixiòn de Jesùs, habiendo pasado en
Palestina un perìodo de cinco años comprendidos entre
el 65 y el 70, no hace la mìnima menciòn de alguno que
tuviera este nombre.
Famoso por su minuciosa atenciòn a cada particular en
el redactar los hechos, tanto asì que murio sobre del
cràter del Vesuvio porque se habìa acercado demasiado
a èl para darse cuenta personalmente del fenòmeno eruptivo,
si callò sobre Jesùs y los cristianos no es cierto por
su indiferencia o negligencia.
Del perìodo pasado en Palestina y de tantas cosas de
las cuales habla, comprendida aquella comunidad de secuaces
hebros que se era instalada en el desierto de los Engaddi
dela cual hace una descripciòn que corresponde exactamentea
cuanto hemos tomado sobre de ella de los escritos de
Qumran, nada dice ni de Jesùs ni de aquella nueva religiòn
formada de los cristianos que segùn los Actos de los
Apòstoles andaban siempre imponièndose màs por el contìnuo
afluir de decenas de decenas de millones de convertidos.
Seneca
Filòsofo
y escritor contemporaneo a los hechos evangèlicos, ignora
en la manera màs total Jesùs, los cristianos y las persecusiones
que segùn la Iglesìa fueron hechas contra de ellos por
parte de Neròn.
En la bùsqueda de pruebas que colmaran este vacìo extremamente
significativo que venìa del silencio de Seneca que,
cual enseñante de Neròn , no podìa ignorar a los cristianos
si verdaderamente hubieran existido en los años 50-60,
San Giròlamo (347-420), tomando como idea la historicidad
que este filòsofo habìa practicado, en el colmo de su
arrogancìa llegò a afirmar que habìa estado asì cerca
de los cristianos por la conformidad que sentìa de tener
con la teologìa de ellos, de declararlo padre de la
Iglesìa. Y como si esto no bastase, para demostrar la
existencia de esta relaciòn pretenciosa con los cristianos
la Iglesia no tardò a fabricar una corrispondencia fraternal
entre èl y Pablo de Tarso, correspondencia que si es
demostrada asì absurda y banal que ninguno, comprendida
la Iglesìa, se atreve màs a defender como verdadera.
Svetonio
Secretario del imperador
Dimiziano en los años 90-95, es decir en el pleno de
las presuntas persecusiones, aunque èl, como Plinio
el Viejo y Seneca, nada dice de Jesùs y de los cristianos.
En “ la Vida de los doce Cèsares “, hablando de Claudio,
Svetonio dice que en el 41 èl echò de
Roma a los hebreos porque causaban contìnuos desòrdenes
detràs del estìmulo de un cierto Chrestos* que si la
Iglesìa no ha màs insistido de hacer pasar por Christo,
aunque habièndo probado, no ha estado por un recato
debido al buen sentido, màs bien por otros motivos,
cuales aquèllos històricos que derivan del hecho que
Jesùs muerto en el 33 no podìa ser el Crestos del 41,
y aquello conceptual que le impedìa de transferir el
fundador del cristianismo en la persona de un revolucionario
agitador.
<< Los hebrèos fueron echados de Roma en el 41
con un edicto del Imperador Claudio porque causaban
contìnuos desordenes bajo estìmulo de un cierto Crestos
( impulsor Cresto ) >>. ( Vida de los 12 Cesares
– biografìa de Claudio ).
Esta afirmaciòn de Svetonio con respecto a la expulsiòn
de los hebrèos agitadores no es que una ulterior confirma
de la presencia a Roma de una comunidad esseno-zelota
( no cristiana como sostiene la Iglesìa ), a la cual
pertenecìan los cònyuges Priscila y Aquila que hospedaron
Pablo pùblicamenete aunque èl un Nazir. ( At. 18—18
). (ver la Fàbula de Cristo )
* Crestos, que significa “ el mejor “, fue el mayor
organizador de aquellos desòrdenes que se manifestaron
a Roma con particular frecuencia en los años 39-40 bajo
Calìgola, desòrdenes que Claudio truncò inmediatamente
con un edicto que ordenaba la expulsiòn de los hebreos
agitadores cuando en el 41 fue proclamado Emperador.
El hecho que Priscila y Aquila fueran entre èstas y
que ellos hubieran hospedado Pablo cual Nazir, es una
ulterior prueba que confirma que aquello que la Iglesìa
quiere hacer pasar como primeros cristianos no eran
en realtad que de los esseno-zeloti.
Plinio
el Joven
Durante el perìodo en el
cual Plinio el Joven era gobernador en Bitinia (112-113),
escribìo una letra al Emperador Traiano para pedirle
instrucciones sobre como deberìa comportarse verso los
componentes de una comunidad que practicaban particulares
ritos propiciadores al surgir del sol en honor de un
cierto Khristo que ellos retienen casi una divinidad
(Khristo casi deo)* y que se reunìan para consumir de
las comidas inocentes.
Basta leer el siguiente paso de Josè Flavio que reguarda
los essenos, para pronto darnos cuenta que èstos a los
cuales se refiere Plinio el Joven no eran en absoluto
cristianos como la Iglesia querìa sostener:
<<La piedad de ellos verso la divinidad tiene
una forma particular: primero de levantarse el sol recitan
ciertos rezos verso de èl casi para suplicarlo de salir.
No entran en refectorio si no despuès de haberse purificado
lavàndose con agua fria. Despuès de haberse sentado
en silencio, el sacerdote declara previamente a la comida
un rezo, y ninguno puede gustar algo de nada primero
del rezo; despuès que han comido el añade un nuevo rezo;
asì que sea al principio que al fìnal veneran Dios como
despensador de vida>>.(La Guera Judàica VII).
*El “Cristo casi deo”del cual habla Plinio el Joven
es el Mesìas religioso que las comunidades espirituales
essenes, que separadas de la corriente revolucionaria
guerrera, habìan empezado a esperar despuès de la derrota
del 70 del ejèrcito judàico
Las
comidas comunitarias reportadas sobre las Cartas de
Pablo de Tarso(Agapi), de todo sìmiles a los ritos descritos
de Josè Flavio y confirmados de los documentos encontrados
a Qumran (“Rollo de las Reglas”) no son que una ulterior
prueba que aquellos que la Iglesia quiere hacer pasar
por primeros cristìanos no eran otros que componentes
de las comunidades essenes.
Tàcito
Tàcito es el autor latino
que segùn la Iglesia ofrece una de las pruebas mayores
para demostrar la existencia de los cristìanos en Roma
en los años 50-60, o sea bajo Neròn. Me refiero a aquèl
paso de Tàcito contenido en el XV libro de los “Annales”
en el cual esta escrito que Neròn, despuès haber acusado
a los Cristìanos por el incendio de Roma, se encarnizo
en contra de ellos con persecuciones en las cuales,
entre los muchos màrtires, parecieron tambìen Pedro
y Pablo.
Estas noticias que reguardan el incendio de Roma y la
muerte de Pedro y Pablo reportadas sobre los Annales,
ignoradas de todos los històricos de la època y de aquèllos
que siguieron, comprendidos aquèllos cristianos cuales
Origene, el obispo Clemente, Eusebio de Cesarea y el
mismo San Agostino que de ellos no hace ningùn comentario
en su libro “ De Civitate Dei “, dedicado en parte a
describir las calamidades perecidas de Roma precedentemente
al “saquèo” eseguido de Alarico (410), salieron a la
claridad solamente en el XV siglo por òpera de un cierto
Poggio Brandolini, secretario pontificio el cual dijò
de haberlas recibido en el 1429, sobre forma de manuscritos
del siglo XI, de un monge anònimo que habìa venido a
Roma en Pelegrinaje. Este secretario pontificio ya conocido
por haber hecho numerosas falsificaciones, si se inventò
este documento no fue tanto para demostrar una existencia
de los cristianos al tiempo de Neròn que en el siglo
XIV se considaba por descontado, cuanto para resolver
aquellas contestaciones que venìan prospèctadas de las
varias corrientes cristianas y del mismo “ Concilio
de los Cardenales “, contra la supremacìa sobre el mundo
cristiano de el obispo de Roma. Leer los concìlios de
Pisa ( 1409 ) y de Costanza ( 1414 ).
Fue el perìodo de desornen gerarquico de la iglesia
en el cual los Papas y los Antipapas, cuales Juan XXIII,
Benedicto VIII y Alejandro V, querìan imponer una propia
residencia como sede del trono pontifìcio.
Poggio Brandolino, con la testimonianza que habrìa recibido
que un hecho transcrito en los Annales de Tàcito, entendìa
demostrar, atravès el martirio de Pedro, que la primacia
sobre la cristianidad pertenecia sea a Roma, como sede,
sea como a su obispo cual sucesor de Pedro, por un derecho
històrico.
Que este documento presentado de Poggio Brandolino en
el 1429 sea un falso, ademàs que del buen sentido nos
viene demostrado, aunque del hecho que Simòn Pedro no
ha sufrido ningùn martirio de parte de Neròn porque
ajusticiado junto con su hermano Santiago en el 46 a
Jerusalem bajo Cuspio Fado, aunque porque Tàcito no
habrìa jamàs podido escribir del incendio de Roma que
segùn cuanto ha estado històricamente demostrado, no
ha sucedido jamàs.
La demostraciòn que el documento presentado de Poggio
Brandolino sea un falso nos viene aunque del històrico
de la Iglesia Duchesne ( 1843-1922 ) que, despuès de
estudios aprofundidos sobre la historia de la cristiandad,
ha llegado a la conclusiòn de proponer la supreciòn
de la historia de la Iglesia de los primeros nueve papas,
comprendido el mismo Pedro, porque jamàs ha existido.
( Hist. Antigua de la Iglesia).
¡Para concluir sobre esta falsidad, quiero hacer presente,
por cuanto pueda considerarse absurdo, que el ùnico
documento sobre el cual se ha basado la historia reguardante
el incendio de Roma es representado de este escrito
presentado en el siglo XV de el secretario pontificio
Poggio Brandolino, retenido uno de los mayores falsaficadores
del cristianismo, escrito que ha estado impuesto por
la Iglesia como verdadero representando para ella una
prueba de la existencia de los cristianos al tiempo
de Neròn.... y existe quien todavìa que la Iglesia,
esta instituciòn destuctiva de documentos valiosamente
cientìficos y filosòficos, constuctora de falsos, sea
de considerarse como la salvadora de la civilisaciòn
occidental!
Plutarco
Nada de nada de parte de
Plutarco que se refiera a Jesùs y a los cristianos,
y como èl ninguna menciòn de parte de Giovenale, Pausania
y Cassio Dione el cual ùltimo, hubiera tenido modo de
hablar, si hubiera verdaderament existido, en su libro
“ Historia Romana “ que trata de los acontecimientos
de Roma que van del 67 a.C al 47 d.C.
Solamente Lucien de Samosate ( 125-192 ) hace referimiento
a un mago muerto en la cruz por haber introducido un
nuevo Culto de los Misterios que, siendo de inspiraciòn
siriana, no pueden ser que una ulterior confirmaciòn
de alguìen que, en cualquier momento hubiera existido,
no hubiera podido ser otro que un secuaz de la ideologìa
essena que se era desarrollada precisamente en Siria
segùn los conceptos de la religiòn Mitràica.
Celso
Encarnizado crìtico anticristiano, vivido propio en
el perìodo nel cuales los primeros cristianos construìan
los evangèlios y los Actos de los Apòstoles en seguida
al cisma determinado de la introducìon del Sacramento
Eucarìstico en seno a las comunidades essenes,(ver Fàbula
de Crìsto), Celso* escribìo al finàl del II siglo un
libro del tìtulo” Contra los Cristianos”en el cual puntualizò
todos los embrollos que ellos estaban haciendo “para
construir la figura de un mago que,en caso de que fuera
verdaderamente exsistito, podìa ser màs que todo aquella
de uno de los mùchos charlatànes que habìan percorrido
la Palestìna embrollando las gentes”.
Y es propio en este perìodo, o sea el finàl de II siglo,
que por primera vez viene nominado el nombre “Jesùs”
de Origene en su libro “Coentra Celsum”, de èl escrito
para responder a las acusas que Celso dirigìa a la Iglesia
a propòsito de este nombre que habìan dato a sus heroes
que hasta aquel momento habìa sido llamado con las denominaciones
genèricas de Señor,Crìsto, Mesìas, y Salvador
El nombre de Jesùs que encontramos en los textos precedentes
fue añadido solamente despuès, o sea en el suglo II,
III y IV . Que los evangèlios sean sometidos a contìnuas
modificaciones de puesta al dia nos llega de la ùltima
trasformacìon que se esta operando en ellos en las ediciones
modernas sobre el nombre de Nazareno, que viene sostituido
con aquello de Nazarettano, desde cuando se ha hecho
remarcar que èsta es la verdadera denominacìon que depende
de la ciudad de Nazaret.
*Del libro de Celso “En Cuentra de los Cristianos”(destruido
por la Iglesia), quedan solamente las frases que fueron
reportadas de Origene en su “Contra Celsum “ como aquella
que dice:<<La verdad es que todos estos hechos
de vosotros reportados sobre vuestro h èroe al cual
habèis dato el nombre de Jesùs, no son màs que las inveciones
que vosotros y vuestros maestros habèis fabricado sin
lo por tanto acabar de darle una mìnima parte de credibilidad
>>. (De “ contra los Cristianos” de Celso).
Filone Alessandrino
Filone
Alessandrino, muerto en el 50 y asì pues viviò en el
pleno de la era mesiànica, cual filòsofo neoplatonico,
habla del Logos que las comunidades essenes esperaban
como Mesìas realizador de una justicia sobre la Tierra,
pero nada habla de Jesùs y de los cristianos.
¿Es posible que si verdaderamente hubiera existido en
Alejandrìa, la ciudad en la cual vivìa, aquella nueva
religiòn cristiana de la cual afluìban tantas conversiones
populares, de oficiales romanos, de nobles y de polìticos
segùn cuanto narraban los textos sagrados, ellos no
habrìan dicho nada de ella?.
¿Es posible que habrìa ignorado aquel Pablo de Tarso
del cual todos hablaban, sean amigos como ememigos,
de sus sermones y de sus milagros, si estas cosas sucedido
verdaderamente como nos vienen descritas de los Actos
y de las Cartas?
Justo de Tiberìade
Que
Justo de Tiberìade, històrico contemporàneo y rival
de Josè Flavio, no hable ni de Jesùs ni de los cristianos
en su libro pèrdido “ Historia de la Guerra Judàica
“, lo sabemos de Potius, Patriarca de Constantinòpoles,
que en el sigloIX, despuès de haber buscado inutilmente
algùn referimiento a Jesùs en una copia del libro que
èl todavìa poseìa, exprimiendo toda su maravilla, asì
concluye; <<Justo de Tiberìade no hace ninguna
menciòn al nacimiento, a los avenimientos y a los milagros
que han sido atribuyidos a Jesùs>>.
Flavio Josè
He dejado por ùltimo Josè
Flavio porque es por èl que la Iglesia trae aquella
que, segùn sus pretenciones, representa la prueba indiscutible
de la historicidad de Jesùs
Josè Flavio, de origenes y de religiòn hebrèa, hecho
prisionero de los romanos en la guerra del 70 en la
cual èl habìa combatido como oficial del ejèrcito judàico,
en seguido a la nominaciòn que obtuvo de Roma, por sus
cualidades morales y culturales,de històrico oficial
del Imperio, escribiò la història hebràica en dos libros:
Antiguedades Judàicas “ y “ Guerra Judàica”
En el primero, tomando referencia a la Biblia de los
setenta, contò las vicisitudes del pueblo hebràico desde
la Gènesis hasta el inicio de la Guerra Judàica (66),
en el segundo marra la historia de la Palestina comprendida
entre el reino de Antioco Epifane (-164) y la guerra
de Masada (74) en la cual muriò Eleazaro, ùltimo hijo
de Judas el Galileo, promotor de la guerra del Censo.
Habiendo ambos libros tratado del perìodo mesiànico
que pràcticamente va del año I ( guerra del censo )
al año 70 ( inicio de la diaspora), como no encontramos
nada que se refiera a Jesùs y a los cristianos en “La
guerra Judàica “, de igual modo no encontraremos en
“Antiguedad Judàica” si en ello no fuera una cierta
frase accidental que asì se exprime: << En el
mismo tiempo,màs o menos, viviò Jesùs, un hombre sabio,
sì bièn uno lo puede llamar hombre: porque èl cumpliò
obras sorprendientes, y fuè maestro de personas que
aceptaban con placer la verdad. El conquistò muchos
Judeos y muchos Grecos. El era el Cristo. Cuando Pilatos
escuchò que era acusado por los nuestros principales
hombres, lo condenò a la Cruz.
Aquellos que fìn del principio lo habìan amado no cesaron
de unirse a èl. En el tercer dìa, apareciò a ellos nuevamente
vivo; porque los profetas de Dios habìan predicado esto
y otras innumerables cosas maravillosas de èl. Y hasta
hoy no ha venido a menos la tribù de ellos que de èl
han sido llamados cristianos >>. ( Ant. Jud. XVIII-63).
Los motivos que nos permiten
de afirmar que este paso es un falso son:
1)
Un hebreo ortodoxo como Josè Flavio que fue fiel al
hebraìsmo hasta la muerte tanto de educar a sus propios
hijos con esta religiòn, un hebreo que considera como
su mayor orgullo aquello de ser el discendiente se una
estirpe sacerdotal hebràica, un hebreo que escribe,
como èl mismo dice en la presentaciòn de sì mismo que
precede “Antiguedad Judàica”, para demostrar la superioridad
religiosa mosaica sobre todas las otras, no puede haber
reconocido como verdadero los principios bàsicos del
catequismo cristiano, no puede haber afirmado que Jesùs
era el verdadero Cristo, es decir la realizaciòn del
Mesìas del cual èl, como hebreo, todavìa no esperaba
su venida.
Voltaire asì escribe en su diccionario filosòfico (
cap. V ): << Si Josè Flavio hubiera creìdo en
Cristo, entonces habrìa sido un cristiano >>.
2) El paso es ubicado entre dos hechos que retòricamente
lo excluyen.
Basta examinar los dos evenimientos reportados en la
posiciòn original de ellos, para darse cuenta de como
el paso que reguarda Jesùs sea una evidente intromisiciòn
que interrumpe la relaciòn que Josè Flavio querìa dar
a dos desgracìas que suceden en el mismo tiempo.
Despuès de haber terminado la narraciòn de una matanza
de los judeos eseguida por los soldados romanos por
vìa de un sublevaciòn surgida porque Pilatos se era
servido del dinero del Sagrado Tesoro para relizar un
acueducto, con la frase: <<Asì terminò la sublevaciòn>>,
Josè Flavio pasa a contar de otra desgracia que sucede
a los hebreos iniciando << En el mismo perìodo
otro terrible evento causo el astìo entre los Judeos
y contemporaneamente sucedieron acciones de naturaleza
escandalosas en relaciòn con el templo de Iside a Roma...>>.
Basta poner estre las dos frases que el autor ha colegado
como los anillos de una cadena el paso que reguarda
Jesùs que inicia: << En el mismo tiempo màs o
menos viviò Jesùs, un hombre sabio...>> para darnos
cuenta de como sèa una grandìsima interrelaciòn entre
dos hechos que retòricamente la excluden.
Este paso, deconocido precedentemente, apareciò por
la primer vez en “ Antiguedad Judàica “
en el siglo IV por obra de Eusebio de Cesarea ( el falsificador),
fue reconfirmado despuès en la ediciòn que saliò en
el siglo VI, es decir despuès de dos siglos durante
los cuales el libro de Josè Flavio fue hecho desaparecer
para ser sostituido por otro “ Antiguedad Judàicas “
que parecìa ser escrito de un cierto Egesippo que en
realidad era Ambrosio de Milano y que se habìa firmado
con este seudònimo.
Podemos imaginar aquello que soportò de falsificaciones,
aumentos y faltas el libro de Josè Flavio en manos a
Ambrosio de Milano que tenìa todo el interes de esconder
aquella verdad que habrìa demolido la constucciòn de
la Gran Impostura. ( Leer Egesippo sobre la enciclopedìa
Britànica o sobre la UTET).
Libre de hacer lo que querìa, del momento que todas
las copias de Josè Flavio habìan sido destruidas, Ambrosio
de Milano eliminò los nombres comprometedores sostituyèndolos
con otros falsos o de los anònimos, como en el caso
del tentativo de revoluciòn de Juan que, atribuida a
un anònimo egìpcìano, fue llevada de los años 30 a los
años 50 bajo Fèlix.
Obligada la Iglesia a retirar las Antiguedades Judàicas
de Egesippo por parte de las crìticas que los opositores
hacìan a este evidente falso, ella puso de nuevo en
circulaciòn, despuès de màs o menos dos siglos de sequestro,
el libro bajo el nombre de Josè Flavio, mas dejando
como habìa estado malmetido de Ambrosio de Milano. Pràcticamente
“ las Antiguedades Judàicas “ de las cuales hoy disponemos
son una copia de aquellas que salieron bajo el nombre
de Egesippo. No hablemos ademàs de la “ Guerra Judàica
“ que por las manipulaciones que ha tenido por parte
de los falsificadores de la Iglesia se ha transformado
en un libro sìn conclusiòn y faltante de lògica.
Si yo he afirmado que el episodio que reguarda el Egipciano
declarado en Las Antiguedades Judàicas es una falsificaciòn
no es ùnicamente por aquella evidencia que nos viene
en el constatar la igualdad existente entre eso y aquello
que se lee en los evangelios, como el Huerto de los
Olivos, un ejèrcito de judeos listos para atacar las
legiones Romanas, las fiestas de Pascua que, como viene
continuamente repetido de Josè Flavio, eran siempre
escogidas por los revolucionarios para realizar sus
planes de guerra, aunque por aquello que nos viene de
un anàlisis de los hechos considerados por los mismos
Actos de los Apòstoles.
Estamos en Judea en el 58, bajo el procurador Fèlix,
cuando Pablo de Tarso, despuès de haber viajado desde
un extremo a otro del Asia Menor, comprendida la Grecia,
Turquìa y todas las islas del Mediterraneo oriental,
con una velocidad de movimiento como si dispusiera de
un elicòptero personal, en una de estas etapas, y precisamente
a Jerusalem, acusado de los judeos de haber profanado
el Templo griego introducièndose en èl, fue agredido
por la poblaciòn que querìa matarlo como cual agitador
perteneciente a la secta de los Nazir. Salvado por el
intervento de una guarniciòn romana, fue conducido como
prisionero en una fortaleza del presidio romano.
Al primer intercambio de palabras, el tribuno, escuchando
que Pablo hablaba el griego, le pidiò: << ¿ Entonces
tu no eres el egipciano que en estos ùltimos tiempos
has instigado y conducido cuatro mil rebeldes al desierto?
>>. ( At. 21-37).
Si como aunque la Iglesia reconoce que este egipciano
al cual se refiere el tribuno en los Actos de los Apòstoles
es el mismo egipciano que viene reportado de Josè Flavio
bajo el nombre de Fèlix, podemos continuar con nuestro
razonamiento.
Pablo se quedò en prisiòn por bien dos años antes de
ser tirado afuera para ser interrogado por el nuevo
procurador Festo que hacìa pocos dìas habìa tomado el
puesto de Fèlix. ( año 60).
Agripa, tetrarca de la Golanite, que era presente al
interrogatorio, expuso a Festo los motivos por los cuales
Pablo habìa sido arrestado: << Hay un hombre,
dejado aquì prisionero por parte de Fèlix.... mas los
acusadores no han presentado ninguna de las imputaciones
que yo imaginaba; tenìan contra de èl solamente algunas
cuestiones inherentes a su particular religiòn y que
reguardan un cierto Jesùs, muerto, que Pablo sostiene
que sea todavìa en vida >>. ( At. 25-14 ).
Considerando que estamos en el año 60, considerando
que Jesùs fue muerto en el 33, almenos estando a cuanto
ha sido escrito en los evangelios, ¿como es posible
que Pablo, que ya habìa estado en los años cincuenta
en Jerusalem, que habìa predicado su doctrina y su crucifixiòn
, desconozca la muerte de Jesùs sucedida 27 años antes?.
La incoherencia entre la afirmaciòn del tribuno que
habla de un egipciano que habìa organizado la revulta
en el 58 bajo Fèlix, que es la misma reportada de Josè
Flavio, y del no conocimiento de parte de Pablo de la
muerte de Jesùs ocurrida en el 33, nos demuestra que
nos encontramos delante a otro engaño que nos lleva
a formular dos preguntas: O la muerte de Jesùs no fuè
en el 33 mas poco antes del 60, es decir en el perìodo
en el cual Pablo estando en prisiòn no podìa haberlo
sabido, o sinò los hechos que son declarados en los
Actos en el 58-60 no han sucedido en esta fecha mas
bien sì solamente poco despuès de la muerte de Jesùs.
Resumiendo: si Jesùs ha sido crusificado en el 33 es
imposible que Pablo ignore su muerte en el 60, se Pablo
ignora la muerte de Jesùs significa que los hechos que
reguardan la revuelta organizada del egipciano no han
sucedido en el 56 como viene declarado en las Antiguedades
Judàicas, mas bien a la època de la muerte de Cristo.
Asì es como cuadran las cuentas para demostrar que como
sea falso el paso reportado sobre los Actos de los Apòstoles
que reguardan el egipciano a la misma manera es falso
el paso reportado sobre Antiguedades Judàicas.
Todo esto para hacer desaparecer toda tracha històrica
de la verdadera revuelta, es decir de aquella revuelta
de Juan que si hubiera resultado en los años treinta
en coincidencia con el arresto de Jesùs, hubiera impedido
de constuir la figura de Cristo pues hubiera perecido
evidente que aquèl que fuè arrestado en el Huerto de
los Olivos en los dìas de la Pascua no era Jesùs, dicho
el Nazareno, hijo de Marìa y de Josè, mas bien sì Juan
de Gamala, dicho el Nazireo, hijo de Judas el Galileo,
pretendiente al trono de Jerusalem etc. etc.
Demostrado asì, admitiendo que hubiera tenido necesidad,
atravès el absoluto silencio històrico y las falsas
proceduras para colmarlo, ¿que cosa puede quedar a la
Iglesia para sostener la figura de Jesùs sinò aquèl
impulso irracional que se llama fè, aquèl sentimiento
ciego soportador de utopìas e ilusiones capaces de producir
solamente oscurantismo y regresiones como los hechos
siempre màs, poco a poco que el progreso avanza, demuestran?.
Respuesta a las objeciones
que reguardan el censo del 6 – 7 d.C. ( Forum dl. 18
/ 12/ 02 ).
1) En ningùn documento se
encuentra la confirmaciòn que Quirinio haya cubierto
dos veces la carga de Governador de la Siria del momento
que en las testimonianzas històricas resulta claramente
que èl fuè governador en el 6 d.C y antes de ese tiempo
habìa sido consul solamente.
El pretexto al cual se aferran algunos històricos, de
matiz cristiana, para sostener que el censo al cual
se refiere Lucas no es aquèl del 6-7 d.C. mas bien sì
otro sucedido precedentemente bajo el rey Herodes el
Grande, ellos lo toman traduciendo en adverbio la palabra
griega ( prote) que en el texto original tiene un valor
de adjetivo.
Es suficiente comparar las dos frases, aquella original
con aquella traducida, para comprender aunque como en
este caso los falsificadores han tratado de alterar
la vida atravès las traducciones.
A) Frase original: <<
“Este censo fue el primero ( prote ) a ser ejecutado
por el Governador de la Siria Quirinio”>>.
B) Frase traducida: <<”
Este censo fue ejecutado por el Governador Quirinio
antes ( prote ) que fuera governador de la Siria” >>.
Traduciendo que el censo
del cual se habla fue ejecutado antes que Quirinio fuera
Governador de la Siria, como consecuencia se podìa sostener
que habìa estado otro precedentemente a aquèl del 6-7
a.C. y siempre ordenado de Quirinio en el momento que
era èl que venìa proclamado el ejecutor. Como consecuencia,
para justificar este primer censo fuè atribuido a Quirinio
un perìodo de tiempo como governador que andava del
+7 al +2 y que en realidad no ha estado jamàs de cuanto
resulta de los documentos que dicen claramente que Quirinio,
como arriva ya lo he expresado, fue Governador de la
Siria en el año +6 y que antes habìa sido solamente
un consul.
2) Los censos que habìan estado eseguidos precedentemente
de los governadores de la Siria, sea asì admitiendo
que uno de esos haya sido ordenado por Quirinio como
los falsificadores sostienen, siendo reservador exclusivamente
a la poblaciòn que formaban parte del Imperio, no podìan
en ningùn modo ser hechos en Palestina que, considerada
protectorado mantiene la independencia polìtica y econòmica
hasta el año +6, es decir hasta cuando, pasando a ser
provincia del Imperio en seguida a la destituciòn de
Archelao que fuè sostituido del procurador Coponio,
no fue obligada a un censo fìscal para pagar los impuestos
a Roma.
Excluyendo entonces, sea por una lògica històrica que
por la falta de documentos que afirmen que existieron
en Palestina otros censos, es de considerarse como verdad
indiscutible que el primero y ùnico censo hecho en Palestina
fuè aquèl del 6-7 a.C., aquèl censo que llevo Judas
el Galileo, nacido en Gamala, a organizar una revulta
fìscal contra Roma. Como consecuencia, no habìendo estado
censos precedentes, no podìa ser que aquèl que vè a
Marìa y Josè dejar Nazaret para dirigirse a Belèn, ciudad
natal de ellos, para declararse al fisco. ( Cosa por
otro lugar inexacta
porquè segùn las leyes romanas las declaraciones, teniendo
interes fiscal, se hacìa en el lugar de residencia,
es decir donde si desarrollaba la actividad laborativa,
y no donde se habìa nacido, y ademàs la mujer era exenta
de presentarse si era representada por su esposo.).
3) A confirmarnos que el censo del cual se habla sea
aquello que determinò la revuelta fìscal del 7 d.C.
y no fuè otro hecho precedentemente, como viene sostenido
en las objetaciones, y el mismo Lucas cuando en los
Actos de los Apòstoles escribe:<<...despuèsde
èl (Teuda) surgiò Judas el Galileo, al tiempo del censimiento,
e indujo mucha genta a seguirlo en la revuelta...>>.
( At. 5/37).
Que los exègesis catòlicos hayan falsificado las traducciones
del griego para esconder la verdad nos viene demostrado
en una infinidad de casos ( ver La Fàbula de Cristo
), uno de los cuales, quedando siempre en argumento
“ Natividad ”,es aquel que reguarda la visita que Marìa
hizo a Elisabet que estaba embarazada de Juan Bautista.
Basta comparar la versiòn original griega, en la cual
se dice que la ciudad donde se encontraba Elisabet,
madre de Juan, era la ciudad de Judas situada sobre
una montaña, con la traducciòn que tansforma esta ciudad
de Judas ( el Galileo ) en una ciudad de la Judea, ,a
la cual la Iglesia ha dado arbitrariamente el nombre
de Ain-Karim, para comprender como se quiere enconder
la ciudad de Gamala, patria de Juan el Nazoreo, que
era situada en Golonite como resulta de la descripciòn
que hace de ella Josè Flavio.
Para ser màs claro hago reporto los dos pasos, el primero
en la versiòn original griega y el segundo en la traducciòn
hecha de los falsificadores.
1) << En aquellos dìas
Marìa se puso en viaje y logrò alcanzar de prisa la
ciudad de Judas ( el Galileo ) que estaba situada sobra
una montaña >>. ( para obtener explicaciones màs
detalladas, leer “La Fàbula de Cristo”)
2)
<< En aquellos dìas Marìa se puso en viaje con
direcciòn a la montaña y alcanzò de prisa una ciudad
de la Judea >>
Que los evangelios canònicos sean estado redactados
no de testigos oculares, como la Iglesia sostiene, mas
de personas que ni siquiera conocìan la Palestina, nos
viene confirmado todavìa vèz del hecho que ellos no
eliminaron en la traducciòn la expresiòn “ de prisa”
que venìa empleada en el original, porque si esta expresiòn
andaba bien para alcanzar Gamala ( cuatro horas de camino),
no podìa andar bien para alcanzar Ain-Karim que, siendo
en Judea, era lejos bien 160 quilometros de Nazaret.
( Muy seguido en los textos sagrados e esconden las
distancias en tiempos asì breves de suscitar la hilaridad).
Ultimamente en un debate sobre el nacimiento de Jesùs
sostenido a la televisiòn italiana el 12 de este mes
de Enero en el programa “Excalibur”, a un telespèctador
que pedìa explicaciòn de como habìa sido posible que
los Reyes Magos hubieran percorrido en seis dìas una
distancia de 2000 millas, un històrico cristiano que
formaba parte del reparto Grandes intelectuales de la
Iglesìa, le ha respondido que en aquel tiempo existìan
ya los camellos de carrera.
A este punto, terminando con una carcajada y agradeciendo
a aquèl que con sus objetaciones me ha dado la posibilidad
de demostrar que el censo al cuàl se refiere Lucas no
puede ser que aquèl del 6-7 d.C., reafirmo cuanto he
dicho al respecto del Embarazo de la Virgèn que, segùn
la història evangèlica resulta haber sido de bien once
años... como mìnimo.
Paz
y bien, Luigi Cascioli
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